Por: David Quirós | jose.david.quiros@ucr.ac.cr

El decano electo Manuel Martínez quiere amueblar rincones de la Facultad, poner matas y pedir cuadros y esculturas a préstamo para “apropiarse” del edificio. Foto: David Quirós.

Las palabras del titular las tomó prestadas de un amigo suyo, pero representan lo que Manuel Martínez Herrera, el recién electo decano de la Facultad de Ciencias Sociales, dice querer cambiar.

“Estoy convencido por el contacto que he tenido con profesores, profesoras y estudiantes de que hay un semillero de gente que sí está dispuesta a destruir esos muros que hemos construido entre unidades académicas con tanto ahínco por muchos años”, asegura.

Martínez fue vicedecano, director del Posgrado de Psicología y dos veces director de la Escuela de Psicología. Es máster en Psicología Clínica y tiene un doctorado en Estudios de la Sociedad y la Cultura.

El boletín Flash conversó con este josefino de 58 años y voz pausada sobre sus principales propuestas para asumir el cargo de decano de la FCS, una facultad con ocho escuelas y cinco institutos o centros de investigación.

Hacer cosas en común

El nuevo decano quiere que se den cursos en común entre las distintas carreras, como Investigación I y II, donde se imparten “básicamente los mismos contenidos”.

Esto solo requeriría “voluntad política de parte de la Unidad Académica y de las y los docentes involucrados”.

Lo mismo plantea hacer con las investigaciones conjuntas entre distintas unidades académicas, así como en las giras, para aprovechar mejor los recursos públicos.

“Muchas veces nos damos cuenta, hablando con los compañeros in situ, que trabajamos en las mismas regiones, trabajamos a veces con las mismas poblaciones y a veces con temas semejantes o complementarios”.

Servicios e instalaciones

Martínez plantea seguir el trabajo de la administración actual para solucionar los errores en la construcción del nuevo edificio de Ciencias Sociales, tanto en la soda, en las distribuciones de los laboratorios, en los baños y otros.

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Entre sus prioridades a corto plazo está habilitar la biblioteca “poco a poco”, pues los más de 100 mil títulos que posee están siendo digitados manualmente para incluirlos a las bases del Sistema de Bibliotecas, Documentación e Información (Sibdi) de la U.

También quiere evaluar los servicios que brinda la Facultad, como la fotocopiadora, el préstamo de audiovisuales, la limpieza y la soda –cuando ya esté bien equipada-, así como los profesores y los estudiantes son evaluados.

Sobre la falta de jabón y papel en los baños, aseguró que es un “mito” que Sociales no pueda tenerlos y que “si es un tema de presupuesto, habrá que destinar mayor presupuesto”.

Martínez quiere facilitar contactos de expertos de la Facultad a los medios de comunicación y aumentar las pizarras en el edificio. Foto: David Quirós.

Comunicación

De partida, Martínez reconoce que en Sociales y en la Universidad “hemos sido malos comunicando”, por lo que se desconocen aportes de la Facultad como la Brigada de Atención Psicológica o el Laboratorio de Arqueología.

Para ello, plantea crear un boletín electrónico a cargo de los y las estudiantes con apoyo de la Facultad en lo técnico (“dentro del marco de la independencia y de la autonomía del movimiento estudiantil”, aclara).

Además, dice que continuará con el esfuerzo de El Muro – medio diseñado por la Escuela de Comunicación – para fomentar la libre expresión sin dañar el edificio.  “Si quiere hacer una crítica al decano, bueno, ahí la puede escribir, que todos la respetemos y que esté ahí”.

Proyección nacional

Para aumentar el aporte de la Facultad al debate nacional, el decano quiere crear “una especie de directorio” de expertos en distintas temáticas (violencia social, temas indígenas, bullying, acoso sexual y otros) para facilitar su participación en medios de comunicación.

También dice que impulsará los pronunciamientos sobre temas nacionales.

Acerca del desempleo en algunas carreras de la Facultad, Martínez dice que se podría empezar por hacer un taller con egresados (alrededor de 20 por carrera).

Con este se pretendería conocer “cuál es el nivel de respuesta que estamos dando nosotros como unidad formativa a las demandas y requerimientos –voy a decir una palabra que puede sonar fea- del mercado y también de las demandas sociales”, concluyó.