Estudiantes de la ECCC apoyan cobertura electoral de los medios UCR
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23 abril, 2018Lorna Chacón Martínez · lorna.chacon@ucr.ac.cr
El 4 de marzo de 1968, hace 50 años, inició sus funciones la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva, en lo que hoy es el edificio de Ciencias Económicas, ya que, en esa época, operaba como una sección anexa a la Facultad de Derecho.
Hace cinco décadas, la Escuela inició labores exclusivamente como una Escuela de Periodismo con el objetivo de profesionalizar dicha discilplina en el país, donde ya operaban varios periódicos, radioemisoras, así como la televisión, que había iniciado operaciones en 1960.
Para la creación de nuestra unidad académica, el Rector de ese momento, don Carlos Monge Alfaro, promovió una Escuela donde más que formar técnicos se buscara: “formar un hombre (y una mujer) culto que va a proporcionar información bien orientada para que inculque en la opinión pública cómo se debe opinar”.
Fue así como la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva comenzó a consolidarse gracias al aporte de muchísimo hombres y mujeres, cuyos nombres sería muy difícil ennumerar en este corto artículo, pero que, sin duda, hicieron posible la formación integral de los periodistas y comunicadores del país.
Hoy, cinco décadas después, los cambios vertiginosos en las tecnologías de la información con la llegada del Internet, las redes sociales y los teléfonos inteligentes, por citar tan solo tres elementos de ese cambio, abre el desafío del papel de los comunicadores en un planeta, precisamente, reinado por la comunicación.
En ese sentido, nuestra misión ha evolucionado y busca formar a profesionales íntegros, críticos, humanistas, independientes y competentes en diferentes ámbitos de la comunicación mediante la acción integrada de la docencia, la investigación y la acción social, como parte de un compromiso orientado hacia el mejoramiento de la sociedad costarricense.
El hecho de que los dos candidatos a la Presidencia de la República hayan sido estudiantes de la Escuela de Comunicación nos obliga a reflexionar sobre la enorme responsabilidad que tiene la Universidad pública en la formación de profesionales éticos y comprometidos con su país.
En un contexto donde las personas reciben un constante bombardeo de información en tiempo real, donde los ciudadanos están sobresaturados de datos, donde las informaciones falsas se mezclan con la realidad en una política de la posverdad (donde algo que aparente ser verdad puede ser más importante que la propia verdad), más que nunca se requiere del trabajo de comunicadores responsables y éticos, que brinden información veraz y de interés público a las y los ciudadanos para su toma de decisiones.
En la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva no queremos formar únicamente periodistas, publicistas, comunicadores sociales, relacionistas públicos o productores audiovisuales y multimediales. Queremos formar personas íntegras que comprendan que la comunicación es un derecho humano y que su misión como profesionales de la comunicación es la de brindar un servicio público, aunque muchas veces esté en manos privadas.
Los comunicadores formados en nuestra unidad académica tienen el compromiso de buscar siempre la verdad, de respetar las diferencias, denunciar la corrupción, vigilar constantemente a los poderes del Estado y del sector privado, así como generar contenidos que permitan a los ciudadanos formarse un criterio y actuar. También tienen el compromiso de ser creativos, innovadores, emprendedores y propositivos con el fin de mejorar las condiciones de la comunicación en el país y en el mundo.
A lo largo de este año, hemos preparado una serie de actividades académicas para conmemorar nuestro 50 aniversario, las cuales arrancaron el pasado 5 de marzo con la presentación de un sello postal conmemorativo por parte de Correos de Costa Rica y continuarán el viernes 23 de marzo, cuando realizaremos el acto formal de celebración por nuestras cinco décadas.
Para los próximos 50 años, nos comprometemos a continuar formando comunicadores y periodistas en la misma línea que inspiró al cubano José Martí, para quien la prensa –y la comunicación agregaría yo- no debe ser “aprobación bondadosa o ira insultante”. Debe ser “proporción, estudio, examen y consejo”.