Adrián Naranjo Hernández / anaher03@gmail.com

Paola Guzmán salió del colegio, entró a la universidad y no sabía qué hacer con su vida. “Quería ir a estudiar a otro país, entonces decidí buscar las becas por mi propia cuenta.” Su búsqueda de nuevas experiencias rindió frutos. Completó un formulario, aprobó un examen, asistió a unas entrevistas, y su deseo por fin se cumplió: dos años y medio de estudios en China.

Paola es una de las varias estudiantes de Comunicación Colectiva que han sido ganadores de la beca para estudiar el idioma mandarín durante un año en China. La beca, otorgada por el Gobierno de ese país, se ha convertido en una atractiva opción para los estudiantes que deseen aprender el idioma y de paso quieran vivir una gran experiencia.

“China es un país diferente, y pensé que podía ser una experiencia interesante”, afirma Paola, quien reconoce que una serie de factores como el interés y conocimiento por la cultura china influyeron en su decisión de ser parte del programa.

Martha Vargas es otra estudiante de Comunicación que participó del programa. “Siempre había querido participar de una experiencia de este tipo, sobre todo en un lugar cuya historia y cultura no han estado cerca de la nuestra, quería mirar y vivir desde otra perspectiva”, afirma. Su estadía en el país asiático fue de un año, durante el cual vivió una experiencia enriquecedora. “Es verdad que al llegar hay que enfrentarse con un idioma, un lugar y una cultura diferentes; sin embargo, no hay tiempo para detenerse a pensar en eso.  Todo sucede muy rápido, a mi parecer, fue bueno y edificante”, asegura.

La beca

La beca consiste en un año de estudios del idioma mandarín en alguna universidad de China. Los estudiantes seleccionados pueden escoger entre tres diferentes regiones para realizar sus estudios. El programa cubre todos los gastos del estudiante, como el hospedaje, la alimentación y los cursos, sin embargo, el costo de los pasajes de avión debe ser cubierto por los estudiantes.

Rita Jiménez, funcionaria de la sección de Movilidad Estudiantil de la Oficina de Asuntos Internacionales y Cooperación Externa de la UCR, señala que este es el cuarto año que el programa se ofrece en la universidad. “La convocatoria se realiza a nivel nacional, pero la Universidad cuenta con la ventaja de tener reservados 10 cupos”, afirma.

La convocatoria se hace pública en los primeros meses de cada año por medio de redes sociales y a través de la divulgación hacia los estudiantes mediante las autoridades universitarias. El proceso de selección consta de varias etapas. Una primera en la que ocurre la selección a  lo interno de la Universidad, donde son elegidos entre 15 a 20 estudiantes. Luego los candidatos pasan a un proceso de selección final propio de la embajada de China en Costa Rica, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, y la UCR.

“Con este año serían cerca de 40 los estudiantes beneficiados por el programa” asegura Rita Jiménez, al tiempo que recomienda a los futuros participantes tener un conocimiento previo tanto de la cultura como del idioma para tener mayores posibilidades de ser aceptado.

El aprendizaje

Entre los aspectos que los participantes destacan están la posibilidad de experimentar un cambio cultural de gran magnitud, así como la convivencia en un lugar extranjero con personas de diferentes nacionalidades. Emanuel García, estudiante de Comunicación ganador de la beca este año, afirma que las experiencias culturales serán “mayores” por el hecho de darse esa convivencia.

Otro aspecto importante es la dificultad que conlleva aprender el idioma. “No se puede pretender dominar el idioma en un año, puesto que es muy complejo y requiere de mucho estudio”, asegura Paola. Esta es una de las razones que provoca que muchos de los ganadores de la beca continúen sus estudios del idioma en nuestro país una vez que están de vuelta.

Todos los participantes están de acuerdo en un aspecto. Sin duda para ellos la experiencia tiene una trascendencia para su futuro como profesionales. “Los comunicadores tenemos una importante labor social; incidimos de manera directa en las distintas dinámicas que se dan en el país y en el mundo. Por lo que se requieren comunicadores bien formados en muchos y distintos campos… Estoy seguro que luego de esta experiencia, y a mi regreso al país, podré enriquecer las dinámicas de los medios de comunicación”, asegura Emanuel.

Martha, por su parte, afirma que la experiencia le demostró algo. “Puedo constatar que todo comunica.  Realmente muchos de los signos y señas del lenguaje no verbal son universales, lo experimenté en carne propia en la comunicación cotidiana”, asegura, en un ejercicio que cataloga como una oportunidad para aprender a romper esquemas, aspecto importante para la profesión de comunicador.

Para Paola, el aprender un idioma como el mandarín en el contexto en que vivimos puede abrir muchas puertas.  Pero también asegura que uno de los frutos más importantes de su experiencia fue conocer otras visiones de mundo. “Los comunicadores tenemos que experimentar la empatía, tenemos que tratar de comprender a los demás, ser tolerantes y ponernos en los zapatos del otro”, dijo.

“Claro que recomendaría la experiencia.  Estás conociendo gente, tenés la oportunidad de pasear, conocer otros estilos de vida” afirma Paola. Pero la recomendación no termina sin antes dejar en claro que se necesita tener una mente abierta. Abierto, como el abanico de experiencias que se pueden vivir en el programa. Y abiertas, como quedan las puertas de esta oportunidad a todos los estudiantes que quieran participar de ella.

Estudiantes de la ECCC que han ido a China con beca del gobierno chino convocada por la UCR

Enlaces:

Movilidad estudiantil

http://www.oaice.ucr.ac.cr/es/movilidad-estudiantil.html

Oficina de Asuntos Internacionales y Cooperación Externa

http://www.oaice.ucr.ac.cr